Solo una nueva estética salvará a la Iglesia; Sin embargo ésta no se reduce al mero plano artístico, sino a la nueva forma de presentar a Cristo y el mensaje Evangélico, como comentó Juan Pablo II a 250 obispos de América latina en 1997.
Dada la situación actual que vive el mundo moderno que nos envuelve es necesario cambiar no el contenido, sino la forma de responder. El Concilio supuso una profunda renovación eclesial, puliendo y haciendo relucir la simplicidad y el fundamento de la fe, como lo relacionado con la liturgia, que experimentó un cambio radical y positivo en tanto en cuanto volvía a beber de las fuentes de la tradición.
todo está puesto al servicio del fiel que va, no a admirar el conjunto, sino a celebrar la fe en comunidad ayudado, no solo por la acción propia de la liturgia, sino por el entorno que le envuelve.
La belleza, dice Dostoyevsky, en su obra "El idiota", en una frase famosa que empleó también Juan Pablo II, el príncipe Mishkin dice: "La belleza salvará al mundo". Y le preguntan: "¿Qué belleza?"; y responde: "Es Cristo la belleza que salvará al mundo". La belleza es muy importante en el mundo.
“La belleza de la liturgia y los espacios litúrgicos no van separados, sino que prestan un servicio al hombre para encontrarse con Dios, cuando un alejado entra en una Iglesia o a una sala bella, se siente acogido, amado, porque todo ha sido construido para el, así es la creación Dios; nos la ha regalado hermosa, signo de su amor hacia el hombre”.
El proyecto recoge principalmente la fisionomía de la antigua iglesia que el terremoto de 27.02.10 se llevo, con sus amplias dimensiones marcaba un hito y punto de encuentro de la comuna de sagrada familia, por tanto la reconstrucción se enmarca no solo en reconstruir una construcción sino en conformar un espacio de encuentro espiritual consigo mismo y con Dios.
El edificio se enmarca en un volumen de 25x50mt, la cual toma la esencia a través de la figura de la sagrada familia, conformada por tres personas cruciales en el catolicismo; José, María y Jesús, se abstrae en tres volúmenes, estructurales independientes separados por mampara de luz que conforman los accesos laterales al templo de sentido norte- sur y viceversa una vez conformado estos tres volúmenes se definen programaticamente:
El primer volumen JOSÈ, de oriente a poniente de dimensiones 25x22 conforma el acceso principal, el cual recibe a sus fieles a través de un gran pórtico de acceso sobre el cual se disponen las campanas que vienen a recordar y llevar a la memoria la iglesia que ya no esta, al cruzar este portal de acceso con cuatro puertas dobles abatibles en 180º se puede observar la amplitud de la nave central, rodeada perimetralmente por un muro de madera que unifica a manera de abrazo los tres edificios como un solo cuerpo LA IGLESIA, este manto de madera esta estructuralmente afianzada por estructuras metálicas a los machones del muro perimetral y viene a resolver el tema acústico del volumen. Esta diseminado por aberturas o bocas de colores que iluminan el templo intermitentemente ya que lo que se quiere es luz y no sol.
El segundo volumen lo conforma MARÌA, como es la madre de todos, es ella quien que acoge principalmente la asamblea en tres pasillos principales y dos perimetrales de contemplación, con una capacidad de 68 bancas para 340 personas sentadas solo en la parte central y dos salidas hacia el exterior.
El tercer volumen lo conforma JESÙS, quien contiene los principales sacramentos a través de los siguientes programas, en su parte central el presbiterio a un metro sobre el nivel de la asamblea, a los costados del altar se conforman dos espacios para la contemplación, hacia la derecha la capilla del santísimo y hacia la izquierda el bautisterio a ras de suelo debido a la tradición de la iglesia primitiva, detrás del presbiterio se encuentra la sacristía y la bodega.
Todo la iglesia longitudinalmente muestra la nueva estética que se quiere logar, y transversalmente la estética que se quiere recoger, el volumen a tres naves, esto se evidencia a través de su cubierta que sobresale de los volúmenes laterales lo que deja en añadidura un espacio para la entrada de luminosidad, esta estructura esta sostenida en todo su largo por columnas de hormigón y reforzada por otro manto de madera que baja del cielo hacia el altar de manera de estar siempre de cara al cielo.
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